El turismo rural familiar por caminos, esta mostrándose como una de las formas más atractivas y rentables, turísticamente hablando, de fomentar las visitas a zonas apartadas, o menos accesibles para el turismo masivo.
Estábamos disfrutando mucho, pero el programa es el programa, y aún con la ilusión de los pequeños tras su encuentro con la fauna silvestre y nuestros comentarios jocosos, nos dirigimos a comer junto al Monasterio de San Bernardo, en Valbuena de Duero, concrétamente en el Mesón Castellano; donde nos dieron de comer maravillosamente y de donde nos costó mucho movernos para poder continuar por la preciosa ruta circular que Valbuena de Duero tiene en su término municipal, paseo de dos kilómetros incluido para visitar sus impresionantes miradores sobre la Ribera del Duero. Enhorabuena al Municipio y a David, su Alcalde, por el trabajo y la conservación de estas rutas. Cabe destacar en esta zona un encinar mezclado con quejigos y aromáticas en buen estado de conservación donde los niños descubrieron agallas en las ramas, y aprendieron a entender como una avispa, tras la picadura y puesta de un huevo, genera una bolita protectora, que también será su futuro alimento.
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